El mismo día de la presentación de la obra, una petición en la plataforma change.org pedía la retirada inmediata del cartel, “ya que no representa en absoluto la Fe, los Valores Cristianos, la tradición, y el fervor religioso de esta Ciudad”. En las redes sociales, las palabras “blasfemo”, “obsceno”, “sexualizado” o “afeminado” predominan en comentarios que critican la imagen de un Jesucristo clásico “a la manera de los cristos barrocos y renacentistas de España e Italia”, según ha explicado el autor.
La vanguardista imagen de Jesucristo crucificado, representado como joven y bello, ha suscitado toda suerte de reacción, pero sobre todo comentarios homófobos. Salustiano ha querido aclarar que decidió representarlo joven como metáfora de la pureza: “así se ha mostrado a la Virgen María en la historia del arte” y en cuanto a la belleza, el artista se ha remitido a Platón, “belleza y bondad son la misma cosa”.